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Recordando a
A Sangre Fría

Truman Capote, novelista estadounidense, logró plasmar desde una corta edad historias fascinantes que a pesar de estar llenas de realismo, nunca olvidó darles esos toques clásicos de misterio que hacen de cualquier libro, una obra maestra.

Nacido en 1924 fue uno de los mejores autores norteamericanos quien no sólo plasmó sus ideales, sino también realizó diversas  críticas al sistema estadounidense a través de curiosos personajes, los cuales fueron delineados psicológicamente de una forma extraordinaria. Fácil es identificar los rasgos peculiares de los seres  que habitaban en la mente de Capote.

Desde muy joven se vio atraído por la comunicación e incursionó en el mundo del periodismo. Sus magníficas colaboraciones en el New Yorker lograron catapultarlo en el éxito casi de manera inmediata. Su arduo trabajo en dicha revista lo acercaron a la investigación, surgiendo así una de sus más grandes obras A Sangre Fría, indiscutible parte aguas en la carrera de este escritor.

Al mencionar A Sangre Fría, los amantes de la literatura visualizan de inmediato a los protagonistas clásicos y misteriosos de la obra, los famosos Dick y Perry, dos hombres de aspecto extraño que consagraron su vida al miedo y a la persecución, pues los delitos cometidos eran incontables.

Recordando un poco  la historia que consagraría a Capote, ésta se remonta a los años de 1959 en un pequeño poblado de Kansas en donde sin imaginarlo la familia Clutter es asesinada.

Llenando la novela de intriga y misterio, Truman Capote narra a detalle  todas y cada una de las acciones de Dick y Perry, A la par,  se muestra en sus líneas una profunda investigación para descubrir a los culpables de la injusta y terrible muerte de los tan queridos Clutter.

Realizando así una trama de suspenso en donde se le brinda al lector la oportunidad de interpretar los hechos de acuerdo a su perspectiva, Truman Capote dio un extraordinario giro a su carrera como escritor y novelista  con esta maravillosa obra del siglo XX creando personajes como Nancy Clutter, Kenyon, Bonnie Fox, Baberly, o Eveanna. Gracias a esta historia, Capote fue considerado junto con Norman Mailer y Tom Wolfe, uno de los padres del new journalism (nuevo periodismo).